Décimo aniversario de la llegada del euro
Ayer se cumplía el décimo aniversario de la llegada del euro. Y al margen de la medida “macroeconómica” en la que me pierdo como me imagino la mayoría de vosotros, a mi me han venido a la memoria los recuerdos del “caos” en la informática que se anunció como probable para ese primer día euro y que nos dejaría al borde del colapso. No funcionaría nada, ni los ordenadores, ni los bancos, ni los aeropuertos, ni los hospitales, ni las comisarías, ni…Recuerdo cuando se dijo también que el euro nos traería como una de sus ventajas que se acabaría por fin el redondeo en los precios de los productos, los 10,95, los 34,99… Y un largo etcétera. Y se nos negó por activa y por pasiva que la llegada del euro supondría una merma a nuestra economía, vamos, que no subirían los precios.
La realidad, diez años después, ha ido otra. En realidad, nos dimos cuenta rápidamente. Aquel uno de enero (desde entonces los sueldos han subido de media un 14%) en el que no pocos fuimos a los cajeros a buscar nuestros primeros euros, pronto dejo entrever que las previsiones de unos y otros estaban más que equivocadas. Los ordenadores no dejaron de funcionar y la vida siguió igual. Eso sí, los redondeos siguieron y han seguido como con la peseta y los precios se dispararon desde el primer instante. Los “listillos” de siempre se aprovecharon de la confusión inicial para pasarse por el arco del triunfo las recomendaciones de no abusar de la situación. Los menús pasaron de las 1.000 pesetas a los 10 euros en muchos casos, lo que suponía pasar de 1.000 pesetas a 1.600; lo que eran 100 pesetas pasó a ser un euro, como muchos cafés, lo que suponía subir más del 50%. Y suma y sigue…
Como dice un informe publicado estos días por Ceaccu, Confederación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, ” subidas generalizadas de un 60 % en los precios de los productos y servicios más cotidianos”. Unas subidas que, en algunos casos, “llegan al 100% como en las tarifas de correos, del Metro de Madrid o en los precios de bares y restaurantes e, incluso, alcanzan el 300% como en la entrada del Museo del Prado y bajada de bandera del taxi”. La barra de pan ha subido un 85%, el aceite de girasol un 123%, las entradas de cine un 142%, un corte de pelo de señora un 108% y un 118 un paquete de Fortuna.
Curiosamente, solo las tecnologías han visto como los precios han bajado, y considerablemente. Dos ejemplos: una videoconsola que hace 10 años costaba 481 euros cuesta ahora 220, menos de la mitad; una ordenador personal costaba 1200 euros y hoy 800, un 33% menos. Es algo habitual en productos tecnológicos: más baratos y con muchas más prestaciones. Quizá era inevitable la llega del euro, pero lo que sí parece ahora evitable es que tuvieron que mentirnos tanto. Yo creo que muchos sabían perfectamente muchas de las cosas que ocurrirían, y que han ocurrido, con la llegada del euro. Y algunos listos han sabido sacar tajada: estábamos en la época de “ancha es Castilla”, todo vale, consumismo a tope y se supieron aprovechar. La verdad es que ha sido una ruina para la mayoría de nuestros bolsillos.
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Pan: desde enero de 2002 ha seguido subiendo, costando hoy un 49% más que entonces (y un 85% más que en septiembre de 2001, cuando aún pagábamos con pesetas).
Huevos: de 0,07 euros la unidad han pasado a costar 0,15, una subida del 114%.
Leche: de 0,60 euros el litro a 0,89, un 48% más.
Arroz: de 1 euro el kilo a 1,45, una subida del 45%.
Aceite de oliva: un litro costaba de media 2,1 euros. Hoy pagamos 2,8, un 33% más.
Carne de vaca: de 7,70 euros el kilo a 10,50, un 36% más.
Carne de cerdo: de 5,15 euros el kilo a 6,50, un 26% más.
Patatas: de 0,32 euros el kilo a 0,69, una espectacular subida del 116%.
Periódicos: en 2002 incrementaron su precio en un 7%, iniciando una senda que explica por qué la prensa nos cuesta hoy en día un 28% más que antes del euro.
Coches: uno nuevo pasó a ser un 8% más caro. La tendencia alcista continuó durante años pero se invirtió con la crisis. Hoy “solo” cuestan un 7% más que con la peseta.
Parkings: no contentos con las primeras subidas, los aparcamientos incrementaron las tarifas un 7% más en 2002. Como resultado, subieron sus precios un 21% en 16 meses.
Piscinas cubiertas: hacer unos largos dejó de ser barato en 2002, cuando los precios subieron un 19% de media.
Peluquerías: solo los calvos se libraron de una subida del 12% en 2002. Cortarse el pelo cuesta hoy un 36% más de lo que costaba con la peseta.
Televisores: cadenas de música y lectores DVD: hoy cuestan un 62% menos de lo que costaban en tiempos de la peseta.
Videocámaras y grabadoras DVD: son un 6% más baratos que en 2001.
Cámaras de fotos: cuestan un 72% menos que antes del euro.
Electrodomésticos: su precio medio ha bajado un 4% en los últimos 10 años.
Fuente: OCU, Organización de Consumidores y Usuarios.
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