Esta entrada está dedicada a todas aquellas personas que sufren de la desesperación del dolor físico como consecuencia de alguna enfermedad degenerativa incurable y que cada día es un largo caminar desde que un@ se levanta hasta que se va a la cama.
Aquell@s que sabemos agradecer el aliento de cada instante aunque sea para sentir el dolor físico de nuestro maltrecho cuerpo y retorcernos por los impulsos nerviosos que nos llega por la médula hasta el cerebro para luego ser traducido en una sensación dolorosa tremenda.
Nos levantamos saboreando la primera bocanada de aire que conscientemente percibimos y agradeciéndola porque no sabemos si podremos aguantar otro día en esas condiciones, además luchando por seguir caminando en un largo y tortuoso día con la mayor dignidad posible, para que no nos flaqueen las fuerzas y poder poner la mejor cara posible, pues el resto de los mortales no tienen la culpa de nuestras enfermedades.
Eso sí, sabemos apreciar los amigos de verdad, la verdadera familia, los instantes por muy pequeños que sean, la vida en si. Hemos aprendido a dejar de lado lo trivial, las pequeñeces que a veces otros las hacen grandes por no saber discernir entre lo realmente importante y lo estúpido.
Cuando el instante es importante y uno es consciente de que no volverá más, se plantea que la vida es para vivirla sin fastidiar a nadie pues ya ella solita vendrá a azotarte algún día sin remedio. El odio, los rencores, el orgullo estúpido, la soberbia y los aires de grandeza y superioridad pasan a ser risueños y banales.
Si lees esta entrada y no perteneces a este grupo de seres por fortuna para ti, permíteme que te de un consejo. Reflexiona sobre tu suerte y aprende a saber discernir entre lo verdaderamente importante en tú vida y saboréalo, pero respeta siempre al prójimo y se tolerante con los demás pues algún día necesitaras mucha tolerancia para ti.
Aquell@s que sabemos agradecer el aliento de cada instante aunque sea para sentir el dolor físico de nuestro maltrecho cuerpo y retorcernos por los impulsos nerviosos que nos llega por la médula hasta el cerebro para luego ser traducido en una sensación dolorosa tremenda.
Nos levantamos saboreando la primera bocanada de aire que conscientemente percibimos y agradeciéndola porque no sabemos si podremos aguantar otro día en esas condiciones, además luchando por seguir caminando en un largo y tortuoso día con la mayor dignidad posible, para que no nos flaqueen las fuerzas y poder poner la mejor cara posible, pues el resto de los mortales no tienen la culpa de nuestras enfermedades.
Eso sí, sabemos apreciar los amigos de verdad, la verdadera familia, los instantes por muy pequeños que sean, la vida en si. Hemos aprendido a dejar de lado lo trivial, las pequeñeces que a veces otros las hacen grandes por no saber discernir entre lo realmente importante y lo estúpido.
Cuando el instante es importante y uno es consciente de que no volverá más, se plantea que la vida es para vivirla sin fastidiar a nadie pues ya ella solita vendrá a azotarte algún día sin remedio. El odio, los rencores, el orgullo estúpido, la soberbia y los aires de grandeza y superioridad pasan a ser risueños y banales.
Si lees esta entrada y no perteneces a este grupo de seres por fortuna para ti, permíteme que te de un consejo. Reflexiona sobre tu suerte y aprende a saber discernir entre lo verdaderamente importante en tú vida y saboréalo, pero respeta siempre al prójimo y se tolerante con los demás pues algún día necesitaras mucha tolerancia para ti.
34 comentarios:
Hola amigo, comparto con vos lo dificil que es levantarse todos los dias con dolores distintos, el cansancio agotador, las ganas de hacer mil cosas y muchas veces no poder...no querer quejarme por esos dolores pero esta estampada en mi cara, que por mas que la quiera esconder no la puedo...Dicen que el dolor es el remedio que pedimos en la farmacia de Dios...por algo sera que venimos con esos dolores...asi es, no es facil, pero como decis , se aprende mucho con todo lo que pasamos, y damos el real valor a lo que es esencial, lo que no se compra , ni se vende...los sentimientos, la familia, los amigos...
un enorme abrazo,
Neusa
Importante consejo que no siempre ponemos en práctica pero que nunca deberíamos olvidar.
Gracias por recordarnos lo esencial.
Un beso
Hola José Antonio:
Lo mejor para las personas que padecemos enfermedades crónicas invalidantes o no, es no pensar en ellas.
He tenido y tengo de todo y si te dejase mi "currículum" sanitario fliparías. Incluso en el dolor, si lo intentas puedes abstraerte de él y alejarlo siquiera un poco.
De acuerdo con tu comentario final.
Un abrazo.
Sofi
Muy emotivo post, refleja la dura realidad que sufren muchas personas, héroes en silencio,para aquellos que hemos cuidado amorosamente de personas con estos padecimientos, también es duro no saber cómo aliviar su dolor,su tristeza, todo su sufrimiento,nos queda para siempre una herida abierta y sangrante: la impotencia.
Es verdad, que poco valoramos lo que es levantarse cada dia con salud y sin dolor, y poder desenvolvernos con normalidad. Nos parece tan natural que ni pensamos en ello, cuando para otras personas el dia queda reducido a dolor.
Feliz fin de semana
Bisous
Afortunadamente no pertenezco a este grupo y me siento afortunado por ello. Pero lo vivo muy de cerca con mi madre, y sí, lo mejor es no pensarlo en demasía.
Un abrazo.
Cada día reflexiono sobre eso. Y sé que la mayoría de las cosas buenas que tengo no he hecho nada para merecerlas; que podía haber nacido en otro lugar, en otras condiciones, con otra salud...
Cada día doy gracias por eso.
(Te eché de menos)
Es el gran miedo que todos tenemos,debieramos aprender de quien lo padece,de su valentia para el dia a dia,un consejo a seguir,saludos.
Qué razón tienes J.Antonio!!!!
Un beso y buen fin de semana!
Otra entrada llena de empatía...Dice mucho de ti.
Me quedo con tu último párrafo: es de bien nacidos ser agradecidos (con la Vida).
Un abrazo.Buen "fide"
Es bueno cuando tenemos un problema de salud.. pensar en los que sufren por causas mayores,ello atenúa el dolor.. Pero aún mejor es estando sanos recordar siempre a los enfermos y mandarles nuestro apoyo y energía..
Nos unimos en tu solidaridad y empatía,ello no sólo es buena voluntad.. sino grandeza de espíritu.
Mi abrazo siempre.
M.Jesús
José Antonio, palabras como las tuyas, me ayudan a soportar mejor esas largas e interminables jornadas de trabajo en el hospital. Aprendemos muchísimo de personas como tú.Muchas veces me he preguntado el sentido del dolor en esta vida. Y sigo sin conocer una respuesta satisfactoria. Quiero creer que es el crecimiento tanto de la persona afectada como su entorno. Muchos besos para ti ( y estos no hace falta que se fijen con espadrapo ehh jeje)
Me emociona...muchas veces no valoramos del tesoro tan importante como es la salud...Desde la cama de un hospital ves la vida de otro color y te dás cuenta de muchas cosas y cuando sales al exterior tu vida ha cambiado por completo...
Sólo nos acordamos cuando somos conscientes de la muerte y eso nos ayuda a vivir más, como en el libro Veronika decide morir de Paulo Coelho... Cuenta la historia de una muchacha de 24 años llamada Veronika, quien aparentemente ha tenido todo en la vida, pero que decide quitarse la vida tras darse cuenta de que ésta se ha vuelto monótona..la ingresan en un hospital psiquiatrico y allí se entera que tiene un problema cardicado y le quedan pocos dias de vida y desde entonces aprende muchas cosas, conoce nuevos amigos, y hasta se enamora mientras espera su muerte. Descubre sentimientos que jamás se había permitido experimentar tales como el odio, temor, curiosidad, amor, e incluso el despertar sexual. Sus vivencias la conducen gradualmente a la revelación de que cada segundo de su existencia es una elección entre la vida y la muerte...
Un saludo :)
Tendríamos que aprender de la dignidad de algunos que padecen dolor y lo disimulan para no estar llamando la atención y para como dicen no dar lástima.
Eso se ser valiente, no otras pelotudeces.
Te mando un abrazo
La salud es lo más importante. Sólo se valora cuando se pierde. Debe ser muy duro vivir con un dolor crónico desde que te acuestas hasta que te levantas, sin calidad de vida. Haciendo la vida difícil a los que te rodean. En fin...
De verdad es emocionante esta entrada, debe ser algo realmente duro enfrentarse día a día a la angustia de padecer dolor cada minuto, debe ser el sueño, si se puede conciliar, el único escape a una existencia miserable de tanto sufrir.
Realmente no sabemos lo que tenemos quienes no padecemos un problema realmente grave de salud.
Grn entrada, es desde luego de las que hacen reflexionar.
Un saludo.
Salud y República!!
Nexus.
Tienes toda la razón. Es la vida, con el paso del tiempo y la experiencia que da el haber pasado por todo tipo de situaciones, muchas de ellas negativas, la que te da la perspectiva para distinguir lo esncial y lo accesorio, lo que de verdad merece la pena y lo que no.
Buena entrada.
Saludos
Coincido contigo en el último párrafo. No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos... Hay que dar gracias de forma constante.
Un saludo.
No sé si pertenezco o no a ese grupo que mencionas, pues la vida es una rueda, pero sí sé que hay que estar muy agradecido por todo, que la única forma de tener todo lo que deseamos es desear todo cuanto tenemos.
Animo y un abrazo.
José, que verdades has dicho....a veces ,por no tener en nosotros ciertos problems,ignoramos que los tienen otros o que podríamos tenerlos.... te prometo estar atento ... prestar atención y aprender pues ser valiente nos es ser bravucón de un día sino sbaer que te levantas cada día para enfrentar al enemigo interior y llegar al final de la jornada con la satisfacción de haber hecho lo posible ...gracias ,amigo
Te dejo un abrazo a ti y atu querida.
SERGIO
Esta entrada me tocó las fibras más internas. Se a qué te referís, cuando no hay salud y el límite lo pisás todos los días, es muy difícil después soportar las tonteras del mundo alrededor. Pero somos humanos y si lo superamos volvemos al tiempo, más sabios sí, pero volvemos a enroscarnos con las nimiedades de la vida. Es bueno recordarlo cada tanto. Y te abrazo por volverme en este minuto a lo verdaderamente valioso.
Me encantó esta entrada.. y sobre todo dá efectivamente alas, para seguir viviendo feliz, con todo lo que nos rodea y sobre todo hacer que los otros lo sean tambien.
Gracia J.A. por poner tu insignia en mi blog... me gustó.
Un abrazo y hasta pronto
Que precioso blog tienes!
Gracias por seguir el mio, dónde siempre serás bienvenido, y yo así lo he hecho también con el tuyo. También vi tu otro blog pero yo....como que soy de letras, la física y la química (ésta última me gusta más que la primera) como que nunca han sido mi fuerte jajajajaja.Pero ese blog de fisica y química tiene un objetivo estupendo asi es que también enhorabuena por él.Por éste, me verás a menudo, siempre que mi ritmo de trabajo me lo permita y su propietario.
Mientras te dejo un abrazote
Interesantes palabras Jose Antonio.
a muchos personal sanitario o no se nos olvida que el dolor es una medida personal, que no la podemos comparar y que solo podemos confortar. Más sin embargo ese olvido habitual hace que nos burlemos del dolor ajeno, que no solo tiene que se físico.
Mi migraña me hace comprender y jamas olvidar el dolor ajeno.
Saludos y gracias por tus comentarios en mi blog.
Una entrada muy buena, José Antonio; como todas las tuyas.
Nos has dado motivos suficientes para reflexionar sobre lo que es realmente importante y lo que es superficial.
Saludos
¡Hola!!! Vengo en respuesta a tu aparición en mi ventanita de seguidores, y aquí, en esta entrada tuya, encuentro a un ser humano muy sensible y a la vez inteligente, que nos hace reflexionar profundamente sobre la vida y sobre el aprecio que debemos tenerle a cada momento que se nos brinda.
Me has hecho pensar mucho en un amigo cuya amistad perdí hace un tiempo, al poquito de él enterarse que tenía mal de Parkinson. Quizás algún día pueda decirte que nos hemos vuelto a ver, y que hemos dejado de lado todo eso que englobás en la palabra "estúpido".
En lo que a mí respecta, intento cada día vivir siendo más simple, y eso para mí es lo importante.
Ha sido un gusto conocerte, gracias por estar en "el opinódromo" ¡y nos seguiremos viendo! Cariños...
Siempre hay que actuar con la generosidad del alma y el espíritu delante de esas circumstàncias.
Solo el amor nos hará libres y nos mantendrá sanos y sanaremos al mundo.
Wenas!! Maravillosa entrada, realmente profunda. Por suerte no pertenezco a ese grupo, pero creo que todos deberíamos aprender a valorar lo que tenemos, precisamente porque otros no pueden tenerlo.
Saludos!!
Y que lo digas. Mi hermana murió en febrero de cáncer de mama, que se le pasó a la cabeza. Sus dolores fueron horribles. Al final, la solución era la morfina. Hoy, la pena me ahoga por la ausencia, pero no se me olvida, su dolor, y lo único que parecía que la aliviaba: me pedía continuamente que le tuviera la mano cogida, decía que se sentía bien.
Pero es muy duro. Sorprende ver como algunas personas hablan tan vanalmente del dolor por motivos éticos y morales.
Tolerancia hace falta. Porque hay que vivirlo para saberlo.
Saludos.
Gracias Jose Antonio, es verdad, a veces se nos olvida lo que es realmente importante, nos entretenemos en nimiedades por no tener nada serio por lo que preocuparnos.Solo cuando vemos de cerca el dolor nos percatamos de la tontos que somos quejándonos por cosas sin impotancia sin saber apreciar la suerte de estar sanos.
Mi apoyo y cariño para aquellos que sufren
Un beso amigo mío.
Pilar
Besitos
Valiosísimo consejo el que nos das. Tu entrada me ha dejado sin palabras...
Un abrazo.
Uy...las enfermedades crónicas ¡¡; puedo comentarte que padesco de una enfermedad en la piel y puedo compartir el dolor que muchas personas puedan sufrir.Pero si algo tengo claro es que al final me he echo amigo y compañero de ella. Además de su ribal para poder ser feliz y poder afrontar con corage a la sociedad. Un saludo y bonito post.
Creo que no hay nadie que no padezca de algo, aunque es cierto que hay niveles de padecimiento, algunos son más dolorosos que otros, pero la conclusión es la misma: no hay que preocuparse por banalidades.
Alguna vez falleció un amigo mío, muy joven, recién recibido, con toda la vida por delante.
Eso me enseñó primero, a valorar cada instante.
Segundo, que nada tenemos comprado y que la verdadera felicidad... mmm son momentos nomás.
Hay que vivirla como viene, para qué correr detrás de algo? Creo que la grandeza está en lo simple.
Te dejo un gran beso,
Red.
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